CAPÍTULO I: LA ESENCIA
¿Qué
es la esencia?
La
pregunta ¿Qué es el hombre? asume en su respuesta antes que
cualquier otra cosa la consideración de lo
que es la esencia y
el reconocimiento de la
capacidad humana de conocer una esencia
cualquiera que sea y en ello el modo o los modos en los que se la
puede conocer.
Procederemos,
entonces, de esta manera, reflexionando primero sobre lo que es la
esencia,
para llegar, con mayor claridad, a la reflexión sobre una esencia en
particular, la del hombre.
1.1 Del término “esencia”
Esencia
significa, en una definición preparatoria, aquello
por lo que una cosa es lo que es y no otra cosa.1
En un primer sentido, podemos decir que es
algo del ente concreto,
su
modo de ser según
él mismo, in
seipso;
2
En un segundo sentido, podemos decir que es, también, un concepto
que
nos indica lo
propio de un ente según su especie,
3
según
su modo de ser abstracto y universal;
En un tercer sentido decimos que es una
noción
que nos indica
algo propio del ente en sentido metafísico,
sub
ratione entis.4
La
relación entre los tres modos de concebir lo
que es
la esencia es estrecha y dependiente. El primer modo de entender la
esencia se nos presenta inmediato a la experiencia humana con una
vinculación al segundo modo cuando distinguimos entre nombres
propios
y nombres
comunes.
5
Los nombres propios designan entes concretos constituidos in
seipsis, y
los nombres comunes designan a varios entes concretos que comparten
ciertos caracteres constitutivos fundamentales.
El
segundo modo de entender la esencia, sub
specie,
en su carácter abstracto y universal, está en íntima y constante
relación con el primer modo,
no
sólo porque de los singulares se conoce el universal, sino porque el
universal hace referencia constante al singular.
El
tercer sentido mencionado abarca la
totalidad del ser,
sin anular la singularidad de cada uno de los entes, sino
considerándola y asumiéndola en una comprensión global de la
realidad en cada uno de ellos. Este sentido de la esencia, se conoce,
no sólo a través de la experiencia de los singulares sino también
de los universales, al menos gnoseológicamente, y de la reflexión
profunda que sobre la totalidad de la realidad y sobre todo
lo que es
se realiza.
Decimos,
entonces que el mismo término, esencia,
se puede predicar
al mismo ente
con propiedad haciendo referencia a cualquiera de los tres sentidos
mencionados según sea el interés del que juzga.
1.1.2 Los tres usos del término esencia
Damos,
entonces, tres usos distintos al término esencia,
aunque
todos ellos refiriéndose a aquello
por lo que una cosa es lo que es y no otra cosa, según
dos elementos: la extensión
de su predicación
y el
sentido
que se quiera hacer notar.
En el
primer sentido, la extensión es muy limitada. Su extensión es el
ente concreto y sólo tal ente concreto.
Para hacer uso legítimo de este sentido de esencia
se debe especificar su uso en la predicación, componiéndolo con un
nombre
propio
o cualquier otro término o juicio que haga referencia explícita a
un individuo
concreto
sea cual sea su naturaleza, como cuando decimos “la esencia de
Sócrates”
o como cuando decimos “la esencia de la
Pietá”.
Este es el caso del singular
y
el sentido que denota no es sólo el de la singularidad como concepto
sino el de todo
aquello que hace que el singular sea tal singular,
es decir su individuación.
En
el segundo uso, que es el más común y quizá el más reverenciado
por los filósofos, la extensión es la
totalidad de los entes concretos que caen bajo la misma especie o que
comparten un modo de ser,
y su uso se restringe al conocimiento
de tal modo de ser a modo universal,
desligándolo de las notas particulares de cada uno de los entes que
caen bajo tal predicación. Sobre este uso es posible incluir
substancia y accidente por separado.
6
El
primer uso considera en su predicación al suppositum7
y
por tanto al ente que subsiste en armonía con los accidentes que lo
perfeccionan en su misma individualidad sin omitir la consideración
de ninguno de ellos y sin permitir su tratamiento aislado si se
quiere permanecer en el singular. En este segundo sentido, por el
contrario, es posible referirse al accidente.
Cuando
definimos un accidente, que es algo
del ente concreto, lo hacemos de un modo universal, de tal manera que
la definición abarca la totalidad de los entes que compartan tal
modo de ser accidental. Y en esto buscamos la esencia
de
tal accidente. Así, cuando decimos “La
esencia de la extensión consiste en la distribución en partes, o
sea en la distinción actual y posición de unas partes fuera de
otras”8
estamos
haciendo un uso particular de este segundo sentido de esencia
referido a un modo de ser común, pero accidental.
Tal
es el caso también de cuando nos referimos a un propio
como cuando decimos “la
esencia de la voluntad es ser un apetito intelectual”. Así,
pues, todos
los conceptos
que aunque refiriéndose a realidades particulares lo hacen a modo
universal caen bajo este uso, incluyendo los actos y las pasiones
como realidades accidentales aunque constitutivas de la
individualidad de un ente, como cuando decimos, “la
esencia del temor es ser una pasión especial del apetito irascible
del alma que tiene como objeto el futuro difícil al que no se puede
resistir”9
Reconocemos,
entonces, en este segundo sentido del término esencia los dos usos
distintos que hemos señalado, uno propio y uno según
un algo:
el substancial y el accidental.
En el
tercer uso, la extensión
es el ser y todo cuanto es, es decir la totalidad de las cosas que
son o de los entes, y el sentido que denota es el de ratio
entis.
Este
tercer uso denota un aspecto de la estructura fundamental del ente.
Nos referimos a la estructura metafísica general de aquello
que es
y en ella a todos y cada uno de los entes en los que se encuentra
como componente fundamental una esencia
junto
con un acto
de ser.
Al
primer uso le llamaremos essentia
in singularis; Al
segundo uso essentia
in universalis; Al
tercer uso essentia
entis.
Se
podría objetar que el primer uso no es legítimo en el caso de los
entes corpóreos,10
pues más que estar señalando su esencia
individual estaríamos señalando
su individuación.
Sin embargo, en la concepción metafísica y global del ente, siendo
su composición fundamental esencia y acto de ser, su esencia
individualizada
es la
esencia de tal ente que es
al participar como tal del acto de ser.11
A este punto podríamos decir, que el tercer uso posibilita
metafísicamente los primeros dos. En cuanto al primer uso lo hace de
la siguiente manera: al señalar la estructura esencia-acto de ser,
el ente concreto resulta ser siempre según
él mismo,
pues su acto es propio e incomunicable. De este modo posee el ente,
por tener su acto, un ser propio que implica una realización única.
Al mismo tiempo se comprende el segundo uso en este razonamiento
puesto que el acto de ser que participa tal esencia se da según un
modo de ser
que puede ser compartido por otros aunque realizado con unicidad
en
él. Este compartir
o
mejor dicho participar
de
varios entes en un modo de ser hace posible la concepción de una
essentia
in universalis,
y
por tanto la predicación universal.
En el
conocimiento de la realidad, los tres sentidos y los dos usos del
segundo sentido se vinculan, se relacionan, se tocan y se
complementan. Para conocer un ente in
seipso,
en
su esencia individualizada, es preciso definir su essentia
in universalis,
sus
accidentes in
universalis, incluyendo
los propios,
y atender al modo particular en el que los accidentes perfeccionan a
la substancia
en
tal
modo de ser,
y al mismo tiempo conocer las notas propias de tal
singular,
es decir, la realización particular de los elementos mencionados.
Todo
ente, participa del acto de ser según una esencia (tercer
uso),
y tal esencia se realiza en él de modo singular (primer
uso),
al mismo tiempo es cognoscible a modo universal en cuanto a que
pertenece a un modo de ser que le es común con otros entes (segundo
uso). El
sentido que se haga del término queda definido en el juicio que lo
integra.
1.1.3 Los términos convertibles con el término esencia: Naturaleza, Quididad, Substancia
Al mismo
tiempo,
la realidad a la que se significa con el término esencia puede
ser significada con otros términos según añadan algo a la noción
de esencia u orienten la atención hacia algún aspecto particular.
Las
notas distintivas de lo que conocemos con el término esencia,
como
realidad constitutiva de algo,
pueden ser expresadas de distintas maneras según se elijan términos
diversos dotados de sentidos diversos aunque refiriéndose al mismo
objeto. Estas expresiones variadas no se refieren a distintas
realidades, sino a la misma,
la esencia. Aunque
se refieren al mismo objeto difieren en el término y en la
perspectiva en la que se le considera. En este contexto es posible
considerar la esencia en cuanto a quididad,
en
cuanto a naturaleza
y
en cuanto a substancia.12
Estas
tres formas de comprender la esencia,
todas señalando a lo
que hace que algo sea lo que es, se
implican mutuamente en una comprensión esencial profunda que
pretenda no limitarse al sentido de los términos sino referirse al
objeto mismo desde las perspectivas llenas de sentido que cada uno de
ellos aporta según el siguiente esquema preliminar: Quididad:
Esencia
en
cuanto es significada por su definición;13
Naturaleza:
Esencia en relación a su operación;14
Ousia:
Esencia
en cuanto a su constitución non
in alio,
sino
en sí misma, en el caso de las substancias compuestas, como
compuesto.15
Las
notas que estos términos aportan a la misma realidad a la que se
refiere
el término esencia
no anulan los tres usos de la esencia que hemos mencionado, sino que
los complementan, aunque en su uso común podrían inclinarse, por
definición, hacia alguno de los usos en particular.
En este
sentido podríamos decir que existe: una natura
in universalis,
una natura
in singularis,
y
una natura
entis; una
substantia
in singularis,
a
la que llamamos substancia primera o simplemente ousia,
una
substantia
in universalis
a
la que llamamos substancia
segunda y
una substancia
entis; una
quiditatis
in universalis o
simplemente quididad,
una
quiditatis
in singularis y
una quiditatis
entis.
En
todos los casos aplican las mismas precisiones a las que nos hemos
enfocado: in
singularis
hace
referencia a la realización individual de la essentia
in universalis
que
se da constitutivamente en el ente. Se podrían objetar las nociones
de quiditatis
in singularis
y
de quiditatis
entis,
con
cierta razón, pues la quididad,
esencia en cuanto significada por su definición, se
refiere fundamentalmente a la essentia
in universalis.
Sin
embargo, cuando decimos quiditatis
in singularis,
nos
referimos a la misma essentia
in universalis
en
cuanto significada por su definición
pero realizada o, mejor aún, concretada en el individuo. Del mismo
modo cuando hablamos de quiditatis
entis, nos
referimos a la esencia
como constitutivo fundamental de la estructura del ente en
cuanto puede ser significada por una definición. Aún con esto,
decimos que así como el término ousia
desde
su uso original aristotélico16
se refiere propiamente al singular,
el
término quiditatis
se
refiere propiamente al universal.
De ahí que cuando queremos hacer referencia explícita al sentido
universal de la ousia
es
necesario determinarla con “segunda”
mientras
que cuando decimos simplemente ousia
sabemos
que nos referimos al ente concreto y lo mismo sucede con la quididad.
1.2 Del juicio que compone o divide el término esencia
Cuando
componemos o dividimos en un juicio, el concepto “esencia”
con “algún
otro concepto”,
podemos hacer referencia a la esencia
según los tres usos mencionados: como realidad única del ente, como
concepto de lo universal con referencia al ente o bien como
componente radical del ente. El término “esencia”,
en el juicio, puede referirse a cualquiera de estos sentidos o hacer
mención específica de uno u de otro. Su sentido dependerá del
uso que se le dé en el juicio y de su estructura.
En el
primer sentido, referido al ente
concreto,
la
predicación está dirigida a tal ente exclusivamente y
debe de especificarse para adquirir tal sentido en la predicación.
En el segundo sentido, el referido al ente
de razón,
al ente concreto conocido universalmente por medio de la abstracción,
la
predicación puede referirse a todos aquellos entes concretos que
participen de la misma esencia.
Así
cuando decimos, “la
esencia de Sócrates nos es desconocida”
no componemos el término esencia,
propiamente,
en su sentido universal como predicable a todos y cada uno de los
entes, ni siquiera como predicable a todos y cada uno de los hombres,
sino que al estar definido
el
término en la composición judicativa por la preposición de
pertenencia “de”
seguida por el nombre
de alguien nos
referimos justamente a la esencia del singular y, por lo tanto, la
predicación señalada tiene su sentido propio en tal
singular.
El
sentido del término, especificado en el juicio, no anula por sí
mismo los otros sentidos posibles, aunque si restringe en tal caso
su sentido.
Por otro
lado, cuando hacemos el juicio “la
esencia del triángulo es ser una figura geométrica de dos
dimensiones con tres lados cuya suma de los ángulos interiores es
180°”
no nos referimos a un triángulo en particular, sino al triángulo en
sentido universal. Por lo tanto al hablar de la esencia
del triángulo incluimos
de alguna manera a todos los triángulos. Este tipo de juicios que
componen el término esencia
en su segundo sentido, hace referencia a todos los singulares a modo
universal que participan del mismo modo
de ser
y la predicación es verdadera para todos y cada uno de los
singulares que caen bajo la misma razón.17
Cuando
se hace uso del tercer sentido mencionado, como en el juicio “la
esencia y el acto de ser componen la estructura fundamental del ente”
estamos
utilizando el término “esencia”
en
su sentido nocional
según rationis
entis.
En
tal juicio se incluyen “todos los entes” implicando que todos
los entes están compuestos de esencia y acto de ser.
Este uso depende, entonces, de la noción de ente y ya que la noción
de ente la simplificamos como aquello
que es,
id
quod est,18
a través de este uso nos referimos a que universalmente todos
los entes tienen una esencia
y por lo tanto son res
y
aliquid.
Este
juicio puede entenderse
en relación a todos y cada uno de los entes,
en cuanto a que se componen de estos principios metafísicos, sin por
ello dejar de considerar su singularidad, de hecho haciendo
referencia a que en su singularidad cada uno de ellos tiene una
esencia y un acto propio.
1
“[essentiam
]id est
hoc per quod aliquid habet esse quid”
Santo Tomás de Aquino, De
ente et essentia,
cap. 1
2 “Unde
Commentator in eodem loco dicit quod ens primo modo dictum est quod
significat essentiam rei”
Santo
Tomás de Aquino, De
ente et essentia,
cap. 1
3 “Et
quia, ut dictum est, ens hoc modo dictum dividitur per decem genera,
oportet quod essentia significet aliquid commune omnibus naturis,
per quas diversa entia in diversis generibus et speciebus
collocantur, sicut humanitas est essentia hominis, et sic de aliis”
Santo Tomás de Aquino, De
ente et essentia,
cap. 1
4 “essentia
dicitur secundum quod per eam et in ea ens habet esse”
Santo Tomás de Aquino, De
ente et essentia,
cap. 1
5 En
este sentido, es interesante la apreciación que hace Santo Tomás,
respecto a la relación entre esencia e inteligibilidad. Lo que es
inteligible es inteligible por su esencia y si es nombrable es
inteligible por el hombre pues sólo se nombra lo que se conoce.
“Non enim res est intelligibilis nisi per diffinitionem et
essentiam suam” Santo Tomás de Aquino,
De
ente et essentia,
cap. 1
6
“Sed quia ens absolute et per prius dicitur de substantiis et per
posterius et quasi secundum quid de accidentibus, inde est quod
essentia proprie et vere est in substantiis, sed in accidentibus est
quodammodo et secundum quid.” De
ente et essentia,
cap. 1
7
“In
supposito includitur ipsa natura speciei et superadduntur quaedam
alia, quae sunt praeter rationem speciei, unde suppositum
significatur ut totum habens naturam sicut partem formalem et
perfectivam sui” IIIª q. 2 a. 2 co.; “ hic
homo dicitur esse suppositum,
quia scilicet supponitur his, quae ad hominem pertinent, eorum
praedicationem recipiens” IIIª
q. 2 a. 3 co.
8
Zeferino González, Obras
del Cardenal González,
Filosofía elemental Libro quinto:
Metafísica especial. Cosmología.
Capítulo
3, Propiedades y Afecciones generales de los cuerpos. P. 221.
9 I-II
q.41 art. 2
10
Cierto que esta objeción se tiene que aclarar, pues pareciera que
la
esencia
en el caso de las substancias compuestas de materia y forma es sólo
la forma y por tanto es sólo
universal,
mientras que lo individual es sólo
la
materia. A
esto tenemos que responder que
el ente es el compuesto de materia y forma y la esencia universal se
realiza en tal materia con características únicas que nos pueden
hacer hablar de una essentia
in singularis,
que en principio no diferiría con la essentia
in universalis
sino en que la primera esta definida y la segunda no.
En este caso
la esencia
no es sólo su forma, sino también la materia
aunque
sin señalar: “Huic
etiam ratio concordat, quia esse substantiae compositae non est
tantum formae nec tantum materiae, sed ipsius compositi”
De
ente et essentia,
cap. 1
La esencia realizada en el individuo implicaría su materia
señalada y
demás rasgos de individuación, y a eso nos referimos con Essentia
in singularis.
11 Diferente
sería el caso de las substancias simples o espíritus puros que se
presentan como un tema de conocimiento en el ámbito de la teología
sobrenatural. En los ángeles por no tener materia se encuentra su
esencia definida absolutamente por su forma. La esencia del angel se
identifica totalmente con su forma, y por lo tanto con la especie.
En este sentido podríamos decir que en el angel no se distingue la
essentia
in universalis
de la essentia
in singularis,
o mejor aún que están identificadas. “Respondeo
dicendum quod quidam dixerunt omnes substantias spirituales esse
unius speciei, etiam animas. Alii vero quod omnes Angeli sunt unius
speciei, sed non animae. Quidam vero quod omnes Angeli unius
hierarchiae, aut etiam unius ordinis. Sed hoc est impossibile. Ea
enim quae conveniunt specie et differunt numero, conveniunt in
forma, et distinguuntur materialiter. Si
ergo Angeli non sunt compositi ex materia et forma, ut dictum est
supra, sequitur quod impossibile sit esse duos Angelos unius
speciei.
Sicut etiam impossibile esset dicere quod essent plures albedines
separatae, aut plures humanitates; cum albedines non sint plures
nisi secundum quod sunt in pluribus substantiis. Si tamen Angeli
haberent materiam, nec sic possent esse plures Angeli unius speciei.
Sic enim oporteret quod principium distinctionis unius ab alio esset
materia, non quidem secundum divisionem quantitatis, cum sint
incorporei, sed secundum diversitatem potentiarum. Quae quidem
diversitas materiae causat diversitatem non solum speciei, sed
generis.” Iª
q. 50 a. 4 co.
12 Esta
idea está desarrollada fundamentalmente en el opusculo De
ente et essentia,
además de estar presente en su uso en una gran cantidad de obras en
las que Tomás predica indistintamente cualquiera de los términos
mencionados para referirse a la esencia.
13
“Et quia
illud, per quod res constituitur in proprio genere vel specie, est
hoc quod
significatur per diffinitionem indicantem quid est res,
inde est quod nomen essentiae a philosophis in nomen quiditatis
mutatur. Et hoc est quod philosophus frequenter nominat quod
quid erat esse…”
De ente et
essentia,
cap. 1
14
En la definición de naturaleza encontramos dos ascepciones. Una
interpretada como sinónimo de esencia y la otra como la esencia en
relación a su operación: “Hoc
etiam alio nomine natura dicitur accipiendo naturam secundum primum
modum illorum quattuor, quos Boethius in libro de duabus naturis
assignat, secundum scilicet quod natura
dicitur omne illud quod intellectu quoquo modo capi potest.
Non enim res est intelligibilis nisi per diffinitionem et essentiam
suam. Et sic etiam philosophus dicit in V metaphysicae quod omnis
substantia est natura. Tamen nomen naturae hoc modo sumptae videtur
significare essentiam
rei, secundum quod habet ordinem ad propriam operationem rei,
cum nulla res propria operatione destituatur” De
ente et essentia,
cap. 1
15
“Relinquitur ergo quod nomen essentiae in substantiis compositis
significat id quod ex materia et forma compositum est. Et huic
consonat verbum Boethii in commento praedicamentorum, ubi dicit quod
usia significat compositum. Usia
enim apud Graecos idem est quod essentia apud nos, ut ipsemet dicit
in libro de duabus naturis.
Avicenna etiam dicit quod quiditas
substantiarum compositarum est ipsa compositio formae et materiae.
Commentator etiam dicit super VII metaphysicae: natura quam
habent species in rebus generabilibus est aliquod medium, id est
compositum ex materia et forma. Huic etiam ratio concordat, quia
esse substantiae compositae non est tantum formae nec tantum
materiae, sed ipsius compositi.” De
ente et essentia,
cap. 1
16
“En
efecto la sustancia no se da en ninguna otra cosa que en
sí misma, y en aquello que la tiene y de la cual es
sustancia. Además, lo que es uno no puede estar a la vez
en muchos sitios, mientras que lo común se da a la vez en muchos
sitios.”
Aristóteles, Metafísica,
Capítulo
XVI, Libro VII.
17 Para
comprender mejor esta idea es
necesario introducir el concepto aristotélico-lógico de
predicables. “Los predicables son los modos de predicar algo de un
sujeto.
Son cinco: Género, si el término expresa algo esencial
determinable; Especie, si el término expresa algo esencial
determinado; Diferencia, si el término expresa algo esencial
determinante; Propio, si el término expresa algo no-esencial, que
fluye de la esencia; Accidente, si el término expresa algo que
puede estar o no estar en el sujeto, sin que éste cambie en su
esencia”
Héctor
Rogel, Apuntes
de lógica menor, p.4.
En todos los casos la predicación sobre el ente es posible debido a
que el hombre a través de su intelecto que es capaz de conocer
universalmente puede componer o dividir según modos
de ser que
sean comunes a cada una de las distintas cosas que son.
18
“La noción de ente no es simple, sino que aparece compuesta por
un sujeto (id
quod) y
un acto (est)”
Melendo, T. Alvira, T. Clavell, L. Metafísica, p. 27.
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